Cuando se habla de procrastinación, mucha gente piensa que se trata de una dificultad en arrancar proyectos grandes y complejos. A pesar de que, son en las pequeñas tareas de trabajo en que este molesto hábito suele manifestarse con mayor frecuencia. Por ejemplo, un mail que precisa ser respondido, una llamada que está pendiente o una actualización de la planilla financiera. O sea, en actividades bastante simples, cuya conclusión tomaría poco tiempo, pero aún así siguen siendo reiteradamente postergadas. Pero, esto por qué sucede?
Entendiendo la procrastinación
Los ejemplos relatados arriba, así como otros tantos semejantes, son bastante comunes. A pesar de que, cuando ocurren de seta forma recurrente en la rutina, pueden llevar a un agotamiento mental. Eso porque la procrastinación es casi un fenómeno involuntario porque la persona sabe que precisa realizar esa demanda y le guestaría finalizarla pero no avanza. Así, la frustración se acumula, pudiendo acarrear pérdida del autoestima, como crisis de ansiedad y depresión.
De esta forma, el primer paso para tener más productividad sin estrés, es entender el fenómeno. Según los especialistas, la procrastinación tiene mucho que ver con el miedo a las consecuencias de la acción que está siendo postergada. Así, si utilizamos los ejemplos ya citados, la persona puede estar retrasando la llamada telefónica por timidez. O no envía el correo electrónico porque no quiere generar un conflicto con un compañero de trabajo sobre un tema determinado. O, aún así, tal vez no actualice la hoja de cálculo financiera por temor a encontrar problemas de liquidez en el efectivo de la empresa.
Además, la procrastinación de pequeñas tareas puede ser activada justamente porque se tratan de tareas «demasiado fáciles». O sea, no son actividades que exigen gran planificación para su ejecución, al contrario de los proyectos más complejos. Así que no son programadas en la agenda ni se agregan en las listas de actividades diarias. Consecuentemente, terminan siendo siempre pospuestas para más adelante.
Cómo evitar a la procrastinación de las pequeñas tareas
La buena noticia es que hay formas de lidiar con este problema, inclusive con la ayuda de la tecnología. Actualmente existen muchas apps para dispositivos como iPhone, iPad e Mac dedicados a impulsar la productividad. Inclusive, por medio de Finder, el propio macOs ofrece recurso nativos en este sentido.
Todas estas herramientas son muy útiles cuando la procrastinación se convierte en un problema de organización. Ya cuando la causa tiene un trasfondo psicológico, el camino es intentar reprogramar la mente. O sea, convencerse a sí mismo que, por más incomoda que pueda ser una actividad, la procrastinación causa un sufrimiento mayor. De esta forma, realizar una tareas de una vez, sería menos “doloroso”.
Esta concientización, a pesar de que lleva tiempo, puede inculsive ser trabajada en terapia. Luego, también es importante que la persona no se convierta extremadamente exigente consigo misma. Al final, tener calma, paciencia y buen humor, es esencial en la lucha contra el hábito de procrastinar. para una vida personal y profesional más organizada y feliz, inspírate con iPlace! 🙂